Pideme lo que quieras, ahora y siempre, стр. 54

Como no tengo muchas ganas de hablar y me duele la cara, acepto. Cojo el informe que me da el medico y al salir me encuentro con el gesto angustiado de Marta.

—?Por Dios!, ?que te ha pasado, Judith? —pregunta horrorizada al ver la pinta que tengo.

Sin querer dar muchas explicaciones, miro a Flyn, que no ha soltado mi mano, y murmuro:

—Al correr por la nieve, me he resbalado, con la mala suerte de que me he dado en la barbilla.

—Deja tu coche aqui —dice Marta con premura—. Luego Norbert vendra a por el. Vamos, os llevare en el mio.

Necesito cerrar los ojos y olvidarme del dolor que tengo. Por el camino comienza a llover, y cuando llegamos a casa, diluvia. Al entrar, Simona y Norbert nos esperan con cara de susto. Al regresar del supermercado y ver sangre en el suelo se han imaginado de todo. Lo tranquilizo, y ellos se tranquilizan al vernos al nino y a mi, aunque me miran asustados. Flyn no se separa de mi lado. Parece que le han puesto pegamento. Esto me gusta, pero al mismo tiempo me enfada. Todo lo que me ha ocurrido se lo debo a el.

La cabeza me mata. Me duele horrores y decido irme a la cama. Me tomo lo que el medico me ha dicho, me quito la ropa manchada de sangre y me duermo. Marta indica que dormira en la habitacion de invitados por si necesito algo. De madrugada, un trueno me despierta. Dolorida me doy la vuelta en la cama y toco el lado vacio de Eric. Lo echo de menos. Quiero que regrese. Cierro de nuevo los ojos, me relajo y retumba otro trueno. Abro los ojos. ?Flyn!

Me levanto y, dolorida, me dirijo a su habitacion. La cabeza se me va para los lados. Cuando entro veo que tiene la lamparita encendida y esta despierto, sentado en la cama, temblando. Su cara es de susto total. Me acerco a el y pregunto:

—?Puedo dormir contigo?

El crio me mira alucinado. Debo de tener unos pelos de loca tremendos.

—Flyn —insisto—, los truenos me dan miedo.

Aprueba con un gesto y me meto en la cama. Pone la almohada en medio de los dos. Como siempre marcando las distancias. Sonrio. Cuando consigo que se tumbe, susurro:

—Cierra los ojos y piensa en algo bonito. Veras como te duermes y no oyes los truenos.

Durante un rato los dos estamos tumbados en silencio en la habitacion, mientras la tormenta descarga con furia en el exterior. Vuelve a sonar un trueno, y Flyn da un salto en la cama. En ese momento, quito la almohada que hay entre los dos, le agarro de la mano y le atraigo hacia mi cuerpo. Esta congelado, tembloroso y asustado. Cuando lo acerco a mi no protesta. Es mas, noto que se cobija todavia mas. Con carino y cuidado de no golpearme en la barbilla, le beso la coronilla.

—Cierra los ojos, piensa en cosas bonitas y duerme. Juntos nos protegeremos de los truenos.

Diez minutos despues, los dos, agotados, dormimos abrazados.

Un golpe en la barbilla me hace despertar. Dolor. Flyn al moverse me ha dado y duele. Me siento en la cama y me toco el menton. El aposito es enorme y maldigo. La lluvia y los truenos han cesado. Miro el reloj que hay sobre la mesilla, son las cinco y veintisiete minutos de la madrugada.

Vaya, ?que pronto es!

Dolorida, voy a tumbarme de nuevo cuando veo que Eric esta sentado en una silla en un lateral de la habitacion. ?Eric! Rapidamente, se levanta y se acerca a mi. Sus ojos estan preocupados y su rictus es serio. Me da un beso en la frente, me coge entre sus brazos y me saca de la habitacion.

Estoy tan adormilada que no se si es un sueno o es verdad, hasta que me posa en nuestra cama y murmura, preocupado:

—No te preocupes por nada, carino. He regresado para cuidarte.

Sorprendida, pestaneo, y tras recibir un dulce beso en los labios, pregunto:

—Pero ?que haces tu aqui? ?No regresabas manana?

Con un gesto asiente, a la vez que observa el aposito que tengo en la barbilla.

—He llamado para hablar contigo, y Simona me ha contado lo ocurrido. He regresado de inmediato. Siento mucho no haber estado aqui, pequena.

—Tranquilo, estoy bien, ?no lo ves?

Eric me escruta con la mirada.

—?Te encuentras bien?

Me encojo de hombros.

—Si, estoy dolorida, pero bien. No te preocupes.

—?Que ha ocurrido?

Tentada estoy de contarle la verdad. Su sobrino es una buena pieza. Pero se que eso le causaria mas quebraderos de cabeza a el y problemas a Flyn. Al final, le explico:

—He salido al jardin, he resbalado y me he dado en la barbilla.

Sus ojos no me creen. Dudan. Pero estoy dispuesta a que me crea.

—Ya sabes que soy algo patosa en la nieve. Pero, tranquilo, estoy bien. Lo malo sera la marca que me quede. Espero que no se note mucho.

—Presumida —sonrie Eric.

Yo tambien sonrio.

—Tengo un novio muy guapo y quiero que este orgulloso de mi —aclaro.

Eric se tumba a mi lado y me abraza. Noto como tiembla su cuerpo.

—Siempre estoy orgulloso de ti, pequena. —Hunde su cabeza en el hueco de mi cuello, y anade—: No me perdonare no haber estado aqui. No me lo perdonare.

Su dramatismo me deja muda. No soporta imaginar lo que ha podido pasar. Cierro los ojos. Estoy cansada y maltrecha. Me acurruco contra el, y entre sus brazos, me duermo.

29

Cuando me despierto a la manana siguiente me sorprendo. Eric esta a mi lado dormido. Son las ocho y media de la manana y es la primera vez que me despierto antes que el. Sonrio. Con curiosidad lo observo. Es guapisimo. Verlo relajado y dormido es una de las cosas mas bonitas que he contemplado en mi vida. No me muevo. Quiero que ese momento dure eternamente. Durante un buen rato, disfruto y me recreo, hasta que abre los ojos y me mira. Sus ojazos azules me impactan.

—Buenos dias, mi amor.

Sorprendido, me mira y pregunta:

—?Que hora es?

Con curiosidad, vuelvo a mirar el reloj y respondo:

—Casi las nueve.

Eric me mira, me mira y me mira, y al ver su gesto, inquiero:

—?Que ocurre?

Pasa su mano por mi pelo y lo retira de mi cara.

—?Te encuentras bien?

Me desperezo y respondo:

—Si, carino, no te preocupes.

Eric se sienta en la cama, y yo hago lo mismo. Despues, lo veo que se dirige al lavabo y tras estirarme lo sigo. Pero cuando entro en el bano y me veo reflejada en el espejo, grito:

—?Dios mio, soy un monstruo!

Mi cara es una paleta de colores. Bajo los ojos, tengo unos cercos rojos y verdes que me dejan sin palabras. Mi chico me sujeta por la cintura y me sienta en la taza del vater. Ver mi horrible aspecto me ha dejado sin habla y, horrorizada, murmuro:

—?Ay, Dios!, pero si solo me di contra la nieve.

—Te debiste de dar un buen golpe, pequena.

Lo se. Me di contra el muro antes de caer a la nieve. Ahora lo recuerdo con mas claridad.

Eric me tranquiliza. Miles de palabras carinosas salen de su boca y, al final, recuerdo lo que me aviso el medico: moratones. Consciente de que nada puedo hacer contra esto, me levanto y me miro en el espejo. Eric esta a mi lado. No me suelta. Resoplo. Muevo la cabeza hacia los lados y musito:

—Estoy horrible.

Eric besa mi cuello. Me agarra por detras y, apoyando su barbilla en mi cabeza, dice:

—Tu no estas horrible ni queriendo, carino.

Eso me hace sonreir. Mi pinta es desastrosa. Soy la antitesis de la belleza, y el tio mas esplendoroso del mundo me acaba de demostrar su carino y su amor. Al final, decido ser practica y me encojo de hombros.

—La parte buena de esto es que en unos dias pasara.

Mi Iceman sonrie, y yo me lavo los dientes mientras el se ducha. Cuando acabo me siento en la taza del vater a observarlo. Me encanta su cuerpo. Grande, fuerte y sensual. Recorro sus muslos, su trasero y suspiro al ver su pene. ?Oh, Dios! Lo que me hace disfrutar. Cuando sale de la ducha coge la toalla que le doy y se seca. Divertida, alargo mi mano y le toco el pene. Eric me mira y, echandose hacia atras, asegura: